Características

El Madrileño es una variedad linguística hablada en la ciudad de Madrid y en sentido más amplio en la Comunidad de Madrid y alrededores, en comarcas de las actuales provincias de Toledo, Avila y Guadalajara. Actualmente, los medios de comunicación establecidos en Madrid están actuando de foco irradiador de algunos de los rasgos lingüísticos populares madrileños. Entre los rasgos propios de estas variedades tenemos:

        Yeísmo, indistinción de /ll/ e /y/ (calló / cayó), general en todas las clases sociales. Según Alonso Zamora Vicente, el yeísmo se ha extendido a casi toda España, siendo la metrópoli madrileña su principal centro difusor actual. Según lo que sugiere Navarro Tomás, las clases altas madrileñas aún conocían la diferencia de pollo (animal) y poyo (asiento) a mediados del siglo XX, pero como afirma Zamora Vicente esto podía deberse a la presión escolar. En las grabaciones que existen de ilustres madrileños nacidos a finales del siglo XIX, como Alfonso XIII, ya se observa el yeísmo, con lo que se puede afirmar que la innovación ya habría surgido en la capital, como mínimo, durante el siglo XIX.
        Aspiración de las /s/ implosivas. Esta característica es común con todas las hablas del sur de la Península Ibérica, y se da desde al menos el siglo XIX, atestiguado en esta descripción hecha por Benito Pérez Galdós de Fortunata, una madrileña de clase humilde, en la novela de 1887 Fortunata y Jacinta: Las eses finales se le convertían en jotas, sin que ella misma lo notase ni evitarlo pudiera, y se comía muchas sílabas.Esta aspiración de /s/ es particularmente ostentosa delante de consonantes velares: se ha escondido en el bosque suena como se ha ejcondi(d)o en el bojque. Esto se puede dar en la habla madrileña aunque es más suave que en la habla manchega, en el que se escucha con más asiduidad como se puede observar el político español, de procedencia manchega, José Bono.
        Tendencia al leísmo, laísmo y loísmo. Según Samuel Gili Gaya, en el habla de Madrid el pronombre le se ha especializado en el masculino y el pronombre la en el femenino, tanto para objetos directos como indirectos. Según Antonio Quilis, el laísmo no es general en los registros cultos, aunque posiblemente sí en los populares; en cambio el leísmo sí es general. Los verbos con los que aparece más el laísmo son: "decir, dar, molar, poner, contar, esturriar, guilar, escribir, preguntar". En algunas ocasiones, el esfuerzo por evitar el laísmo produce hipercorrecciones: "A María, le guilé ayer."
        Pronunciación de la /k/ como [z] frente a otra consonante plosiva: doctor /doztór/, acto /azto/, que suele evitarse en el habla formal, esta característica está en desuso en el castellano septentrional, pero sigue presente en el madrileño.
        Articulación de la /d/ final como /z/: Madrid /madríz/ (en lugar de /madrí/)
        Pronunciación de la /g/ implosiva como /x/: digno /díjno/