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Naturaleza y Clima carpetano

PARQUES NACIONALES
Cabañeros
Sierra de Guadarrama

PARQUES NATURALES Y ESPACIOS PROTEGIDOS
Sierra de Altomira
Humedales de La Mancha
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Llanuras de Oropesa, Lagartera, Calera y Chozas
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Parque Regional Cuenca alta del Manzanares
Lagunas de Peñalara
Curso medio del Río Guadarrama
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RESERVAS NATURALES Y DE LA BIOSFERA
Montes de Toledo
Sierra del Rincón
Hayedo de Montejo
Mar de Ontígola
Carrizal de Villamejor


SISTEMAS MONTAÑOSOS
Cordillera carpetana - Sierra de Guadarrama - Montes carpetanos - Sierra de Somosierra - Sierra de Gredos - Sierra de San Vicente
Cordillera oretana - Montes de Toledo
Sierra de Altomira
CLIMA DE LA CARPETANIA
El clima dominante en la Carpetania es el mediterráneo continentalizado; debido a la altitud y a la disposición de las montañas que impiden que lleguen las masas de aire húmedo marítimo. Así, las montañas presentan medias climáticas más frías. Existe un notable gradiente térmico y pluviométrico desde el valle del Tajo hacia las montañas. Los centros de acción principales son el frente polar, que descarga sus masas de aire húmedas y el anticiclón de las Azores. En invierno aparecen anticiclones térmicos sobre La Mancha que dan a la Carpetania un tiempo seco y frío, en esta situación son frecuentes las nieblas, que llegan a ser persistentes. En la Carpetania hay que hablar de la irregularidad climática que introduce el medio urbano.
El clima está condicionado por la topografía. Las masas de aire húmedo del Atlántico tienen muchas dificultades para llegar a la Carpetania por en buena medida encontrarse a sotavento de los vientos dominantes del oeste. El efecto barrera de la Cordillera carpetana impide el paso frecuente de las masas de aire húmedo, mientras que el efecto foehn se muestra moderado, a causa de la altitud del país. Los días nublados son escasos, aunque hay grandes diferencias entre el valle del Tajo y las montañas.
Las precipitaciones presentan un notable gradiente desde el valle del Tajo, donde no se alcanzan los 500 mm año; en la Sagra una media de 70 días al año de lluvia y algunas tormentas en verano mientras que hacia las montañas se pueden superar los 1.500 mm año. En la mayor parte de la Carpetania llueve menos de 700 mm. Este límite se corresponde con las estribaciones de las montañas. A partir de aquí las lluvias se incrementan rápidamente con la altitud, hasta alcanzar su máximo en las cumbres más altas. El régimen de precipitaciones en el Valle del Tiétar es análogo, y se caracteriza por su diferenciación estacional. Las mayores precipitaciones se concentran en la época invernal (39-40% de las precipitaciones anuales), con cerca de 400 mm en las tierras bajas y casi 800 mm en las cumbres de la sierra. Una de las características más notables, sobre todo en las regiones más secas es la irregularidad interanual. La época más lluviosa del año es la primavera, seguida del otoño. Son las épocas en las que llegan las masas de aire polar marítimo que trae el frente polar. El anticiclón de las Azores predomina en verano, y provoca tiempo seco, soleado y caluroso. En invierno se instalan sobre el país anticiclones térmicos que provocan tiempo seco soleado y frío, con nieblas persistentes. La lejanía del mar y el efecto barrera de las montañas hace que la gota fría apenas tenga incidencia. Encontramos tres, y hasta cuatro, meses de aridez en la mayor parte del país. A medida que ascendemos por las montañas los meses de aridez se reducen y en las montañas más altas sólo tenemos dos meses de aridez.
Las temperaturas presentan un gradiente muy acusado y con un patrón similar al de las precipitaciones. Descienden desde el valle del Tajo hacia las montañas. Las temperaturas medias anuales en el valle del Tajo son de más de 14 °C, mientras que en las montañas descienden hasta los 8 °C, como en Navacerrada. Esto implica que buena parte de las precipitaciones en las montañas se producen en forma de nieve. El mes más frío es enero y el más caluroso agosto. En enero se alcanzan temperaturas bajo 0 °C en todo el país lo que quiere decir que se dan heladas seguras. El verano llega a ser caluroso, salvo en la Sierra donde es más bien fresco y hasta frío. Así pues tenemos inviernos largos y fríos y veranos cálidos y la primavera y el otoño son estaciones breves e irregulares pero muy marcadas. En la Sierra de San Vicente no suelen darse fríos extremos en el invierno y, por otra parte, el verano resulta cálido aunque de más agradables temperaturas mientras que en el Valle del Tiétar la temperatura varía en función de la altitud reforzando los contrastes entre el fondo del valle y las zonas más elevadas y serranas, el invierno puede considerarse suave y el verano es caluroso, con las salvedades y diferencias graduales de 2º-4º entre el valle y la montaña.
Con estas características de precipitaciones y temperaturas encontramos grandes diferencias en el balance hídrico. La cuenca del valle del Tajo es semiárida, ya que se evapora mucha más agua de la que llueve, y húmeda en las regiones montañosas.
El clima urbano del Area Metropolitana y la ciudad de Madrid introduce irregularidades notables en el clima del país. En general, la temperatura dentro de la ciudad es mayor que en las afueras. Esta diferencia se incrementa en situaciones de estabilidad por la acción de un anticiclón térmico, es entonces cuando aparece la isla de calor. La isla de calor es una situación atmosférica que se presenta en las grandes ciudades y consiste en el rápido aumento de la temperatura desde las afueras hacia el centro urbano, donde los edificios y el asfalto desprenden por la noche el calor acumulado durante el día. Provoca vientos locales desde el exterior hacia el interior. Además, la atmósfera urbana es ligeramente más húmeda. Las precipitaciones son las mismas que en el resto del entorno.

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